Señales de alarma que indican que un caso veterinario debe ser revisado por un perito

Cuando un animal empeora, fallece de forma inesperada o su evolución clínica no corresponde con lo que se había explicado, es normal que el propietario tenga dudas. Sin embargo, muchas personas no saben identificar si lo ocurrido entra dentro de lo razonable o si, por el contrario, debería analizarlo un perito veterinario. Existen determinadas señales de alerta que indican que el caso necesita una revisión técnica independiente para aclarar lo ocurrido y valorar si las decisiones clínicas fueron adecuadas.

Soy Andrés Santiago, perito veterinario experto, profesor universitario en el área de Veterinaria Legal, deontología y bioética. Director del Observatorio Español de Pericia y Seguridad Veterinaria y presidente de la Sociedad Española de Pericia Veterinaria.

Evoluciones clínicas que no encajan con lo esperado o cambios bruscos sin explicación clara

Una de las señales más importantes de que un caso debe revisarse es cuando la evolución del animal no coincide con el diagnóstico o tratamiento aplicado. Empeoramientos repentinos sin causa aparente, falta total de respuesta a terapias básicas, cambios bruscos en el estado del paciente o síntomas que no encajan con lo explicado por la clínica pueden indicar que algo no se ha valorado correctamente. En muchos casos, no se trata de negligencia, sino de diagnósticos incompletos o decisiones basadas en información insuficiente. Sin embargo, cuando la evolución no es coherente, una revisión pericial permite entender qué ha ocurrido realmente.

Falta de documentación, pruebas ausentes o explicaciones contradictorias del equipo veterinario

La ausencia de una historia clínica completa o de pruebas diagnósticas recomendadas es otra señal de alarma. Cuando no se realizan radiografías necesarias, falta una analítica preanestésica, no se documentan los tratamientos administrados o las explicaciones del equipo cambian de una visita a otra, el caso debe ser revisado con especial atención. La inconsistencia documental es uno de los motivos más habituales por los que un caso termina en conflicto. Para el perito, la falta de registros dificulta reconstruir el caso y suele indicar que la actuación clínica podría haberse alejado de la lex artis. Por eso, este tipo de situaciones suele requerir un análisis independiente.

Complicaciones graves, fallecimientos inesperados o decisiones que no se ajustan a protocolos

Si un animal fallece de forma inesperada tras una anestesia, presenta complicaciones que no se explican con la enfermedad inicial o recibe un tratamiento incoherente con los protocolos habituales, es imprescindible que el caso lo revise un perito. Estas situaciones no implican automáticamente negligencia, pero sí requieren una evaluación técnica que determine si el manejo clínico fue adecuado, si la complicación era inevitable o si existió un fallo que influyó en el desenlace. En casos de fallecimiento o de daño significativo, la revisión pericial permite aclarar responsabilidades, evitar interpretaciones erróneas y orientar al propietario sobre si es viable una reclamación.

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