Perder a un animal en una clínica veterinaria es uno de los momentos más duros que puede vivir un propietario. El impacto emocional se mezcla con dudas, confusión y, a veces, la sensación de que la explicación recibida no es suficiente. En estas situaciones, es normal preguntarse si la muerte era inevitable, si se actuó correctamente o si hubo un fallo clínico. Saber qué pasos seguir ayuda a recuperar el control y obtener respuestas objetivas.
Soy Andrés Santiago, perito veterinario experto, profesor universitario en el área de Veterinaria Legal, deontología y bioética. Director del Observatorio Español de Pericia y Seguridad Veterinaria y presidente de la Sociedad Española de Pericia Veterinaria.
El primer paso: pedir una explicación completa y recoger toda la documentación clínica
Tras el fallecimiento, el centro veterinario debe explicar de forma clara qué ha ocurrido, qué se hizo y cómo evolucionó el animal. Es importante pedir esta información con calma, aunque el momento sea emocionalmente muy difícil. El propietario tiene derecho a solicitar y recibir toda la documentación clínica: informes, pruebas diagnósticas, monitorización anestésica, notas de evolución, consentimiento informado, medicación administrada y cronología de los hechos. Esta documentación no es un trámite: es esencial para entender lo sucedido y para valorar si la actuación fue correcta. En una pericial, la historia clínica es la base del análisis técnico.
El segundo paso: valorar si la explicación recibida es coherente con el estado del animal y con la evolución del caso
Una muerte puede ser inevitable incluso con una actuación impecable, pero también puede deberse a un fallo clínico o a una complicación que no se gestionó adecuadamente. El propietario debe valorar si la explicación encaja con lo que ocurrió:
- ¿El veterinario avisó de la gravedad real?
- ¿Se comunicaron los riesgos de la anestesia o de la enfermedad?
- ¿Las pruebas realizadas eran suficientes para el estado del animal?
- ¿La clínica actuó con rapidez cuando el animal empeoró?
- ¿Se monitorizó adecuadamente durante procedimientos críticos?
Cuando la explicación es vaga, contradictoria o incompleta, es normal que surjan dudas razonables. Y tener dudas no significa acusar: significa buscar claridad.
El tercer paso: solicitar una revisión independiente para saber si la muerte era inevitable o hubo un fallo clínico
Cuando las explicaciones no responden a todas las preguntas, o cuando la documentación genera dudas, el siguiente paso es acudir a un perito veterinario independiente. Este análisis técnico evalúa si la actuación se ajustó a la lex artis, si las decisiones fueron correctas y si una actuación distinta podría haber cambiado el resultado. En casos de fallecimiento, el perito puede recomendar una necropsia histopatológica si aún es posible realizarla, porque es una de las herramientas más fiables para determinar la causa real de la muerte. Obtener esta revisión no es buscar culpables: es buscar la verdad, con objetividad y sin prejuicios. Para muchos propietarios, es el primer paso para cerrar un proceso emocionalmente devastador y tomar decisiones informadas sobre si iniciar o no una reclamación.