Mi animal falleció y la explicación del veterinario no coincide con las pruebas: cómo saber qué ha pasado realmente

Una de las señales más claras de que un propietario necesita una segunda revisión del caso es cuando la explicación verbal del veterinario no coincide con las pruebas diagnósticas, los resultados analíticos o la documentación entregada. Esta discrepancia genera desconfianza inmediata y, en muchos casos, indica que es necesario revisar el caso con profundidad.

Pero no siempre significa negligencia: a veces es un problema de comunicación… y otras veces, sí es el reflejo de un fallo clínico.

Soy Andrés Santiago, perito veterinario experto, profesor universitario en el área de Veterinaria Legal, deontología y bioética. Director del Observatorio Español de Pericia y Seguridad Veterinaria y presidente de la Sociedad Española de Pericia Veterinaria.


Por qué a veces la explicación verbal no coincide con las pruebas diagnósticas

Hay varias razones posibles:

1. Comunicación incompleta o demasiado técnica

El profesional puede haber explicado correctamente el caso, pero el propietario no comprendió la información en su totalidad debido a la complejidad del cuadro.

2. Evolución muy rápida que cambia el diagnóstico

Algunas patologías progresan tan deprisa que las pruebas realizadas horas antes ya no representan la situación actual del animal.

3. Diferencias entre interpretación clínica y lenguaje documental

A veces el informe es muy breve, muy técnico o demasiado neutro, y no refleja toda la explicación dada verbalmente.

Pero también existe la posibilidad de que:

4. La interpretación de las pruebas haya sido incorrecta

O que las decisiones tomadas no fueran coherentes con los resultados obtenidos.

5. Se esté intentando suavizar un fallo clínico o una decisión de riesgo

Y esta es una de las situaciones donde una pericial es imprescindible.


Qué se revisa en una pericial cuando existen contradicciones entre pruebas y explicaciones

Cuando analizo un caso así, reviso tres bloques fundamentales:

1. La documentación clínica real

  • analíticas completas,
  • radiografías,
  • ecografías,
  • monitorización anestésica,
  • notas de evolución,
  • informes quirúrgicos,
  • medicación administrada.

Aquí buscamos coherencia entre datos.

2. La cronología del caso

  • cuándo se hicieron las pruebas,
  • cuándo empeoró el animal,
  • cuándo se tomaron decisiones críticas,
  • si el tiempo entre pruebas y decisiones fue adecuado.

3. La explicación del veterinario

Comparamos exactamente:

lo que dijo,

lo que hizo,

y lo que documentó.

Si hay contradicciones importantes, se evalúa su impacto en el desenlace.


Cuándo una contradicción indica mala praxis y cuándo no

Hay tres escenarios:

Escenario A – No hay mala praxis: solo mala comunicación

La explicación fue correcta, pero no se documentó bien o se explicó de forma apresurada.

Escenario B – Hay error clínico, pero sin impacto en el desenlace

Diagnóstico imperfecto, decisiones discutibles, pero la muerte era inevitable.

Escenario C – Hubo un fallo clínico determinante

La explicación no coincide con las pruebas porque:

  • la interpretación fue incorrecta,
  • no se actuó a tiempo,
  • no se monitorizó lo suficiente,
  • no se hicieron pruebas necesarias,
  • o se ocultó una complicación relevante.

En estos casos, sí existe base para una reclamación.


Qué debe hacer el propietario cuando las pruebas no encajan con la explicación

  1. Solicitar toda la documentación original, no solo informes resumidos.
  2. Anotar exactamente lo que se dijo verbalmente para compararlo.
  3. Solicitar una revisión por un perito independiente, que pueda interpretar pruebas, tiempos y decisiones.
  4. No sacar conclusiones sin un análisis técnico, porque la medicina puede ser compleja… pero las inconsistencias también pueden ser un signo claro de fallo clínico.

Una pericial permite saber si la explicación del veterinario era correcta, insuficiente o incorrecta, y sobre todo si la muerte era inevitable o evitable.

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