Cuándo un caso veterinario requiere traslado urgente a un hospital de referencia

Muchos conflictos veterinarios surgen no porque el veterinario haya actuado incorrectamente, sino porque el caso no fue remitido a tiempo a un centro con más recursos. Hay situaciones clínicas que superan las capacidades de una clínica general: cuidados intensivos, cirugías complejas, estabilización avanzada o monitorización continua. Para el propietario, entender cuándo el traslado es imprescindible ayuda a identificar si la actuación fue adecuada o si se produjo un retraso crítico que pudo influir en el desenlace.

Soy Andrés Santiago, perito veterinario experto, profesor universitario en el área de Veterinaria Legal, deontología y bioética. Director del Observatorio Español de Pericia y Seguridad Veterinaria y presidente de la Sociedad Española de Pericia Veterinaria.

Cuándo el estado del animal supera los recursos de una clínica general

La lex artis establece que un veterinario debe reconocer cuándo las necesidades del paciente superan su equipamiento, su formación o su disponibilidad. Pacientes con insuficiencia respiratoria severa, shock hemorrágico, arritmias graves, torsiones gástricas, crisis convulsivas persistentes, intoxicaciones severas o casos que requieren monitorización intensiva deben ser derivados a centros con UCI veterinaria. Cuando el estado del animal es crítico o inestable, mantenerlo en una clínica sin medios puede aumentar el riesgo de complicaciones irreversibles. La derivación precoz es un indicador de buena praxis, no de incapacidad profesional.

Cómo se analiza en una pericial si la derivación se hizo a tiempo

En un análisis pericial, el perito revisa la secuencia temporal: cuándo aparecieron los signos de gravedad, qué recursos estaban disponibles, qué pruebas se realizaron y en qué momento se tomó la decisión de derivar. La pregunta clave es: “¿Un profesional diligente habría derivado antes?”. Si el paciente mostró signos que exigían recursos avanzados —oxigenoterapia intensiva, fluidoterapia monitorizada, cirugía inmediata, ventilación asistida— y la derivación se retrasó sin justificación, esto puede considerarse una desviación de la lex artis. También se evalúa si el propietario recibió una explicación clara sobre la necesidad de traslado y si la demora se debió a su rechazo o a falta de información.

Cuándo un retraso en el traslado influye en la responsabilidad profesional

Un retraso en la derivación puede ser determinante en casos críticos. Por ejemplo, un paciente con torsión gástrica necesita cirugía inmediata; un retraso aumenta drásticamente la mortalidad. Un gato en insuficiencia respiratoria grave necesita estabilización en UCI; mantenerlo sin monitorización continua puede llevar al fallo respiratorio. En intoxicaciones severas, la falta de equipamiento para depuración o soporte intensivo puede empeorar el pronóstico. Si la muerte o la complicación grave eran evitables con una derivación temprana, el retraso puede constituir responsabilidad profesional. Por el contrario, si la enfermedad era irreversible o el deterioro fue súbito e imprevisible, incluso una derivación precoz no habría cambiado el resultado.

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